Ubicada en el Iniesta, este alojamiento rural del siglo XVIII tiene su particular encanto. Se trata de una casa rehabilitada donde se ha mantenido la esencia de la época; dibujos florales en sus paredes, suelos de barro, vigas de madera, chimenea y pozo y además se ha incorporado una bañera de hidromasaje, lavavajillas, vitrocerámica, internet, horno y barbacoa, una combinación perfecta que hace de la Botica un lugar perfecto para pasar unos días de relajación.
La casa se distribuye en 8 habitaciones y 3 baños y lo más curioso es que sus muros de adobe mantienen una temperatura de 23 grados por lo que en verano no es necesario contar con aire acondicionado, ¡todo un lujo para los más calurosos!