Un enclave repleto de historia
Mahora, un municipio rodeado por los ríos Júcar y Valdemembra, tiene un nombre de origen árabe, que se cree que procede de la palabra taberna.
La romanización de este territorio a partir del siglo I a. C se manifiesta con la existencia de yacimientos en la Casa de la Matosa, Villares de Tochoso o los restos de la Calle San Roque. Descubriendo sus calles encontraremos también la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico, declarada bien de interés cultural, destacando la capilla barroca dedicada al Santo Rosario.
El semiderruido Convento de Nuestra Señora de Gracia es uno de los edificios más emblemáticos e importantes para los vecinos, quienes realizan acciones para recuperar y proteger el patrimonio histórico-artístico local.
Su oferta de bares, restaurantes, hostales, alojamiento rural, servicios culturales y equipamientos deportivos convierten a Mahora en un destino ideal para desconectar y disfrutar de unos días de relax.